miércoles, 18 de marzo de 2015

El niño pobre.

Érase una vez un niño pobre de Marruecos que se llamaba Moha. Físicamente era moreno de piel y de pelo oscuro, con unos pequeños ojos de niño bueno y con corazón abierto. No era ni muy alto ni muy bajo, era mediano pero porque tenía un problema de espalda e iba agachado siempre. Tenía 12 años y solía trabajar para mantener a su familia, y él aun así aguantaba los dolores de espalda. El padre se había muerto en la guerra de una apuñalada.

Un día, le echaron del trabajo y al no poder mantener a su familia se estaban casi muriendo de hambre. Moha empezó a rebuscar en la basura para poder comer. Su madre y su hermana le ayudaban, pero así no podían vivir y se tuvieron que ir a otro pueblo a buscar trabajo.

La madre encontró trabajo de sirvienta en una casa grande. Moha y su hermana se alojaron en la casa en una habitación que les dejaron.




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